Este artÃculo está destinado especialmente a todas las mujeres, desde mujeres jóvenes hasta mujeres postmenopáusicas con una vida sexual activa, y que sufren dolor durante las relaciones sexuales. Este dolor se llama dispareunia.
Qué es la dispareunia?
La dispareunia es la presencia de dolor que sufren las mujeres durante la práctica del coito. Esta puede tener diferentes grados de intensidad, desde una ligera molestia hasta un dolor tan intenso que puede obligar a la mujer a interrumpir la relación. A pesar de la intensidad del dolor, no suele ser una afección grave o peligrosa, y con los tratamientos adecuados la mujer puede volver a mantener relaciones sexuales placenteras y plenamente satisfactorias.
Las causas que provocan la dispareunia pueden ser muy variadas. Los dos grandes clasificaciones del dolor en las relaciones sexuales son las siguientes.
La dispareunia superficial o de intromisión
La dispareunia de intromisión o superficial es el dolor o la intolerancia al inicio de la penetración. Es decir, en el momento que el pene se ubica en la entrada de la vagina (vestÃbulo vaginal o «introhito») se desencadena la molestia, esta tiene una proyección hacia la musculatura del suelo pélvico, en la uretra o, incluso, en el clÃtoris. Puede ser provocada por las causas siguientes:
Dolor por causas fÃsicas
Secuelas de una episiotomÃa
Las complicaciones de una episiotomÃa que haya atrapado un filete nervioso (nervio pudendo) puede provocar mucho dolor durante la práctica del coito.
EpisiotomÃa : es el acto quirúrgico de hacer un corte en la entrada de la vagina (en su musculatura superficial) para facilitar la salida del bebé en la fase final del parto.
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La episiotomÃa, en sÃ, no tiene por qué provocar problemas. Pero en el caso de que se complique puede convertirse en una cicatriz queloide (fibrosis o cicatriz endurecida).
Su tratamiento consiste en el restablecimiento de la elasticidad de la cicatriz, aportando masajes suaves y directos que puede realizar ella misma o su pareja. También se pueden usar aceites esenciales de Rosa de Mosqueta (no aplicar nunca dentro de la mucosa de la vagina). En casos de cicatrices más graves, o con muchas adherencias, se utiliza terapia de diatermia profunda (terapia regenerativa de los tejidos).
Consulta siempre a tu ginecólogo o ginecóloga como principal especialista.
Por falta de lubricación vaginal
La carencia de lubricación puede provocar, perfectamente, incomodidad suficiente como para que la mujer se vea obligada a detener el coito. Esta carencia de lubricación puede ser causada por la incapacidad de alcanzar el grado suficiente de excitación que es necesario para una lubricación óptima, por causas hormonales (como podrÃa ser la menopausia) o bien, por culpa de una enfermedad reumática llamada sÃndrome de Sjögren.
El sÃndrome de Sjögren es una enfermedad reumática autoinmune que afecta la función natural de las mucosas, provoca sequedad lacrimal, falta de salivación y también sequedad vaginal.
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En este caso, funciona muy bien la aplicación de lubricantes tópicos para prevenir lesiones de mucosa.
Dolor por causas psicosomáticas
Vaginismo
El Vaginismo es una contractura involuntaria de la musculatura superficial del suelo pélvico y que, en función del grado de la afectación, puede llegar a imposibilitar la penetración. Las causas del vaginismo tienen principalmente raÃces psicológicas. Por ejemplo:
- Miedo o incomodidad durante la relación sexual.
- Secuelas de un traumatismo emocional.
- Secuelas psicológicas por culpa de un abuso sexual
- Cualquier tipo de estado depresivo, y un largo etcétera …
Para su tratamiento es necesario recurrir a un especialista en psicologÃa o en sexologÃa. Pero en cuanto a la osteopatÃa y la fisioterapia, pueden ayudar a restablecer la contractura muscular de la vagina mediante técnicas manuales de estiramiento, terapia regenerativa (diatermia), electroterapia con sonda vaginal y ejercicios de relajación.
A pesar de que el vaginismo pueda tener orÃgenes psicológicos, consulta igualmente a tu ginecólogo o ginecòloga de confianza.
Frigidez o anorgasmia
La frigidez o anorgasmia es un grado de incapacidad para excitarse durante las relaciones sexuales y alcanzar el orgasmo de manera natural.
La frigidez o anorgasmia puede ser, en gran medida, consecuencia de haber sufrido dispareunia durante toda la vida sexual sin haber sido debidamente tratada.
El otro gran caballo de batalla en las clasificaciones de la dispareunia y que requiere mucho tratamiento osteopático es …
La dispareunia profunda o por choque balÃstico
Tal como su nombre indica, la dispareunia profunda o por choque balÃstico es la incapacidad de la mujer para tolerar la penetración profunda. Que puede llegar a ser, también, muy dolorosa.
Se atribuye al trastorno de las estructuras de los ligamentos que soportan los órganos reproductores de la pelvis menor; este aparece cuando estos ligamentos pierden su calidad viscoelástica natural volviéndose rÃgidos y, al no poder estirarse de manera óptima, se desencadena el dolor durante la penetración más profunda.
¿Cuáles son las causas de la dispareunia profunda?
Como con el dolor por intromisión, las causas que pueden provocar dispareunia profunda pueden ser muy variados:
- Secuelas de una operación
- S.O.P.: El sÃndrome del ovario poliquÃstico, o quistes en los ovarios. Más información.
- Secuelas de un parto:
- Afección del nervio pudendo (es el nervio sensitivo y motor que proporciona sensibilidad y motricidad a toda la pelvis menor).
- Un parto instrumentado donde el ginecólogo se ve obligado a utilizar ventosas o fórceps, y puede provocar un desgarro de las láminas estabilizadoras.
- Presencia de un quiste por endometriosis.
- Causas o problemas funcionales de tensión en la pelvis
Dolor en función de la postura sexual
El dolor durante la relación sexual va, en muchos casos, en función de qué parte de los ligamentos está afectada. Esto provoca que haya posturas sexuales que causen dolor, y otras que resultan más cómodas. En consecuencia la mujer termina adquiriendo una postura sexual favorita en detrimento de otras que le resultan más dolorosas.
Muchas veces las mujeres nos cuentan qué posición les resulta más cómoda durante el sexo. Cuando, en realidad, lo que nos están contando (sin querer) son las posturas sexuales que les resultan difÃciles o dolorosas. Es precisamente esto lo que nos indica qué ligamentos hay que tratar para regular la dispareunia.
Dolor practicando «el misionero» (ella debajo)
Cuando la penetración profunda se produce cuando la mujer se coloca debajo de su pareja el pene impacta en la «cúpula vaginal posterior» movilizando las láminas sacro-uterinas. Cuando estas no son suficiente elásticas provocan dolor, con una proyección hacia la parte baja de la espalda o en la barriga por debajo del ombligo.
Y en esta posición, cuando la mujer se sienta encima de su pareja, el dolor se desencadena de manera muy similar a la postura del misionero. Pues el pene impacta también contra la cúpula vaginal posterior.
Dolor practicando «el perrito» (a cuatro patas)
En el momento en que la mujer se pone de cuatro patas y él detrás de ella, el pene impacta en la cúpula vaginal anterior, movilizando los ligamentos que relacionan la matriz con la vejiga (útero-vesicales) y los de la misma vejiga (pubo-vesicales). El dolor se proyecta en la parte baja del abdomen y se puede notar, también, detrás del pubis o en casos más avanzados puede, incluso, llegar a desencadenar fugas involuntarias de orina.
Esto se suele ver más en mujeres que sufren o han sufrido cistitis recidivantes o recurrentes, es decir, infecciones de orina frecuentes o repetidas. Ya que una infección repetida de orina puede provocar que los ligamentos se vuelvan rÃgidos.
Dolor practicando «La Amazona» (ella encima)
En la postura clásicamente llamada «La Amazona» (cuando la mujer se coloca encima de su pareja) el impacto del pene en la cúpula vaginal va en función de la morfologÃa de cada mujer. Es decir, se puede producir tanto en la cúpula vaginal anterior, como en la posterior. La proyección del dolor puede ocurrir tanto en la parte baja de la espalda, como en el abdomen y por debajo del ombligo.
Tratamiento del dolor por choque balÃstico o dispareunia profunda
Este tratamiento es un poco más complejo, ya que hay que tratar la globalidad del cuerpo de la mujer. Hay dos fases diferenciadas de tratamiento osteopático:
- El restablecimiento del equilibrio general de la persona a escala estructural, visceral y circulatorio. Se trabaja la relación entre la hipófisis (base del cráneo) y el ovario para facilitar la normalización hormonal y aumentar la viscoelasticidad de los tejidos que es clave a la hora de reducir el dolor disparéunico.
- Un tratamiento especÃfico intracavitario, como última fase, que se realiza por vÃa vaginal o rectal en función de la afección de la mujer, que tiene la finalidad de normalizar los ligamentos estabilizadores de la pelvis menor.
El tratamiento de la dispareunia es imprescindible
Durante las visitas de las pacientes que acuden a PHYSIO se produce, a veces, un pequeño fenómeno que cada dÃa se vuelve más común.
Este consiste en que las mujeres vienen a la consulta por razones cotidianas, tales como el tÃpico dolor de espalda, cervicalgias, lumbalgias, o llevan a visitar a su bebé recién nacido, y durante la conversación con el osteópata ella va ganando la confianza suficiente como para «comentar de pasada» que ha sentido o sufrido dolor durante las relaciones sexuales, ¡desde siempre! Como si se diera por sentado que este dolor, al haber existido toda la vida, fuera completamente normal.
¡Y no es asÃ!
Por muy obvio que algunos o algunas nos pueda parecer, las relaciones sexuales no deben ser NUNCA dolorosas, sino plenamente placenteras.
Actualmente existe, todavÃa, un gran número de mujeres que no hablan con sus especialistas (ginecólogos, psicólogos, osteópatas) o incluso, la misma pareja del dolor que sienten durante la práctica del coito por culpa de prejuicios sexuales.
Romper tabúes y abandonar los prejuicios puede tener magnÃficos resultados. La salud de la esfera sexual de las personas tiene una influencia altÃsima en nuestra calidad de vida. El dolor en las relaciones sexuales debe poderse hablar sin tapujos y ser debidamente tratado.
Por lo tanto, si crees que sufres este tipo de afecciones, ponte en manos de tus especialistas de confianza, en especial contacto con tu ginecóloga o ginecólogo, que es quien te podrá derivar o aconsejar al respecto.
Y recuerda que, si necesitas asesoramiento, siempre puedes llamar al 972 20 71 62, enviarnos un WhatsApp o un mensaje con nuestro formulario de contacto.